Parte III: Cómo defenderse del marrón (guía de supervivencia del browned)
(Cont.)
14.1. Passing Brown (Paso de marrón)
Es la técnica en la que, por medio de trucos y añagazas, generalmente sucios, se
consigue endiñarle el marrón a un compañero.
Los argumentos que suelen emplear en estas situaciones giran en torno a la gran
ignorancia propia para hacer frente al trabajo encomendado (nótese que jamás deberá
emplearse la palabra marrón si se desea hacer un passing, o el jefe se dará
cuenta del intento) y la gran valía y amplitud de conocimientos del (incauto) compañero.
Algunas frases de uso común son: "Sí, hombre; si a mí ya me ha hecho él
alguna vez cosas parecidas" o "Pues la verdad es que yo de eso no tengo
ni p... idea. ¡El que sabe mucho es...!"
Para garantizar un buen Passing es conveniente, asimismo, hacer notar la gran
cantidad de marrones que uno tiene encima frente a la alta disponibilidad del compañero.
Si el Passing se realiza en la manera adecuada no sólo sirve para esquivar el
marrón, sino que además, con cierta gracia y astucia, el compañero puede llegar a
agradecerlo ya que le supondrá una inmejorable ocasión para ganar puntos ante el jefe a
la par que para adquirir experiencia en temas nuevos.
14.2. Swapping Brown (Intercambio de marrón)
Se llama así a la técnica de defensa más difícil de cuantas existen, y por medio de
la cual se consigue que el marrón rebote sobre uno mismo y vuelva a su destinatario, el
cual se encontrará con una bonita patata caliente entre las manos.
Los individuos que consiguen realizar con éxito un Swapping suelen ser
aclamados en silencio por sus compañeros de trabajo (y a voces a la salida del trabajo) y
acostumbran a experimentar un periodo de euforia personal cuya duración está determinada
por el tiempo de aparición del siguiente marrón.
Por supuesto, un buen Swapping debe generar reflexión especular. Si existe el
más mínimo resquicio en la argumentación que pueda dar lugar a que parte del marrón se
refracte, el browner deshará el swapping y el marrón volverá a caer sobre
uno en su variante de unavoidable. La técnica para conseguir un coeficiente de
reflexión de módulo 1 requiere un master avanzado en la Universidad de Brownachussets,
cuyo contenido excede el alcance de este texto.
Técnica utilizada por el browned para intentar que el JBM (J.... Browner de m...),
quede al final, tan enmarronado como él mismo. Esta técnica se puede utilizar con
browner inexpertos o de poco carácter, aunque también es utilizable contra aquellos
browner ansiosos de alcanzar un reconocimiento por parte de sus superiores.
Los efectos secundarios son: variación en el estado anímico del browner, al darse
cuenta de que se ha convertido en verdugo y víctima a la vez; parálisis facial, y sobre
todo hinchazón desorbitada de la zona bucal, conocido coloquialmente como "Ponerse
de Morros".
Este es el medio por el cual se consigue que el marrón vuelva a su lanzador después
de haber hecho unas bonitas figuras sobre el horizonte.
Esta técnica es parecida a la del swapping brown, pero conviene no confundirla. Damos
aquí algunas pistas:
En el boomerang es un método de caza de los aborígenes australianos, que lo arrojan
contra sus presas con la intención de abatirlas con el mismo y poder así capturarlas o
rematarlas, según sea el caso. Conviene estar muy atento al lanzamiento del boomerang, ya
que si se es rápido de reflejos basta con agachar la cabeza para que el mismo pase de
largo y acabe en el propio lanzador.
En principio, cualquier marrón, excepto los unavoidable, pueden convertirse en
boomerang, siempre que el browner tenga la habilidad necesaria.
Con el boomerang brown la táctica a seguir es la misma: se trata de no dejarse atrapar
por el boomerang haciendo un esquive perfecto. Si el marrón no impacta al primer intento,
volverá al browner que lo generó.
Normalmente el browner intenta colar el marrón haciendo ver que no es tal, que es
interesante y que es una forma de aprender cosas nuevas. El boomerang está lanzado. Pobre
de aquél que se atreva a asomar la cabeza para preguntar, porque se encontrará el
marrón dando vueltas alrededor de la misma, sin poder apartarlo.
Aún en el caso de que el marrón vaya lanzado directamente contra uno, siempre se
puede esquivar o lanzar evasivas, de forma que tras unas cuantas seguidas, el browner opte
por comérselo él mismo.
Sirva esta pequeña reflexión para sentar bases empíricas de esta marronología
que comienza su fértil andadura. Callen arrogantes indocumentados y exprésense los
limpios de corazón en sus ansias de sabiduría. El Enemigo queda desvelado. Sus
coordenadas, precisas. Aprestémonos cuales certeros artilleros, pues, para librar tan
desigual combate. El sacrificio, inevitable, obtendrá su fruto. Las bajas, previsibles,
desde sus marrones sepulturas, regarán con sus sangres rojas las rojas alfombras de la
victoria. El milenio nos saludará en loor de multitud.
¡Ave, Caesar. Marronituri te salutant!

Intermission: Brownachussets mailing-demon...
Due to the titanic amount of assigned browns, the authors have declared themselves as
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Sorry... (echoing and sinister laugh)

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