El marrón no es un objeto aislado. Parte de su idiosincrasia reside en el conjunto
de accesorios y/o complementos de que se rodea y que contribuyen a darle carácter.
He aquí una lista de terminología corriente, aplicada al marrón.
5.1. Comerse un marrón (To Eat a Brown)
La más usada. Es el hecho en sí mismo de haberse convertido en receptor de
un marrón fresquito. Afortunadamente, el hecho de comerse un marrón no tiene
por qué implicar tener que finalizarlo.
Son sinónimos de esta acepción, enmarronarse (To Be Browned)
y recibir un marrón (To Get Browned). La frase usualmente
empleada por los browners es "Te ha caído un marrón",
lamentablemente intraducible (A Brown has fallen upon you, no es válida).
5.2. Brown Dodging (Esquive de marrón)
Es la situación en que, tras esfuerzos heroicos y sobrehumanos, se consigue
esquivar el marrón haciendo que este se diluya en la nada.
Esta técnica suele venir acompañada de un ágil movimiento de cadera, del
que recibe el nombre. Es conveniente, pues, entrenarse bailando salsa para
conseguir un elevado porcentaje de Sucessful dodgings.
Se denomina así al documento (impreso o electrónico) donde se van apuntando
los marrones, tanto encargados como planificados.
El marronómetro puede adquirir diversas y variadas formas, recibiendo nombres
curiosos según se les iban ocurriendo a sus creadores. Así podemos encontrar
el Diagrama de Gantt, el Cuaderno de Carga, etc... Existen,
incluso programas informáticos de cuyo nombre no quiero acordarme, destinados
a la elaboración con estridentes colorines de marronómetros de pintorescas
formas.
En general, el marronómetro sirve para que los Browners tengan apuntadas
las fechas previstas de finalización del marrón y, llegado el momento, se
sientan en el derecho de exigirlo. El marronómetro es una de las más fuertes
medidas de presión psicológica que pueden aplicarse al Browned.
Es normal que en el período de negociación/aceptación del marrón el browned
se vea en la necesidad de estimar cuando cree que estará acabado el trabajo.
¡Grave error!. En General el browner tomará esta fecha como de compromiso
de finalización y no como estimación, con lo cual algo que parecía razonable
se acaba convirtiendo en una pesadilla.
Hay que hacer notar que al hacer esta estimación, el browned normalmente
considera el tiempo que le llevará acabar ESE marrón, pero no suele tener
en cuenta el resto de marrones que le irán cayendo por el camino (Ver Dosificación
del Marrón). Además, con la intención de agradar al browner, y desde el
desconocimiento inicial del problema, se suele dar una estimación optimista
del trabajo, es decir, suponiendo que no habrá contratiempos. ¡Mal otra vez!
Nunca hay que olvidar la Ley de Murphy.
5.4. Zona de Marrones (Brown Zone)
También denominada Zona de Alto Riesgo de Marrón, es un lugar donde
la probabilidad de comerse un marrón es mucho más elevada de lo normal.
Estas zonas no suelen estar delimitadas físicamente, siendo un conjunto finito
(distinto del vacío) de recintos múltiplemente conexos, abiertos o cerrados,
entre los cuales no tiene porqué existir una relación causal.
Suelen ser Brown Zones los despachos de los jefes, las zonas colindantes
a dichos despachos y aquellos lugares por los que suelen pasar con frecuencia.
También pueden incluirse en esta clasificación las zonas frecuentadas por
los browners.
Es imprescindible evitar estas zonas en la medida de lo posible, ya que la
probabilidad de comerse un marrón es directamente proporcional al tiempo que
se pase en ellas.
5.5. Sala del Marrón (Brown Room)
También conocida en ciertos entornos como staff, es el lugar donde
los browners suelen elegir a sus víctimas. Se sabe de empresas que
dedican espacios específicos como Brown Rooms. También hay lugares
en los que se habilita especialmente una(s) mesa(s) de "n" plazas
en las que situar becarios y demás comemarrones de 1ª especie. El número de
plazas n depende de los marrones que haya que asignar (... da igual que
estén estrechos, ... ¡¡mientras curren!!)
También se la puede denominar como La Comuna, por ser un lugar donde
se dispone en común de los bienes de producción, a saber: teléfono, fax, lápices,
bolígrafos y rotuladores, papel reciclado, y sobre todo, los escasísimos PCs
(que suelen ser viejos cacharros que se les han quedado obsoletos a los browners)
Normalmente estas salas están ocupadas por personas inmersas en una febril
actividad, enmarronadas hasta las cejas, de tal forma que no es extraño ver
esparcidos por la sala paquetes de patatas fritas o cajas de pizza formando
altos montones. En algunas Brown Rooms se han llegado a encontrar camastros
o catres, pues es sabida la tendencia de los moradores a hacer noche en ellas.
Otra característica de las Brown Rooms es que, al no tener un momento
libre en que poder abandonarla, los Brown Eaters que las pueblan suelen
ser los candidatos más probables a comerse el siguiente marrón, para su propia
desgracia; con lo que abandonar la sala es cada vez más difícil, al entrar
en un proceso eternamente recursivo.
Tras muchos años de existencia del marrón, numerosos y prestigiosos investigadores,
han hecho publicos sus estudios sobre la terrible enfermedad que afecta a
gran numero de trabajadores: el síndrome de brown.
Esta enfermedad, es la causante de que determinados trabajadores lleguen
a ser autobrowners. Comienza a desarrollarse, sin causa aparente, en el sujeto
que muestra gran interés en su trabajo y buena disposición para ayudar a sus
compañeros. En esta primera fase, el enfermo muestra una hiperactividad profesional
y un entusiasmo tal por el trabajo, que le impiden darse cuenta que, lo que
en realidad le ocurre es que esta siendo afectado por esta enfermedad.
Cuando el trabajador quiere darse cuenta de lo que le pasa, el progreso de
la enfermedad es imparable. Su cara sonriente y sus buenas intenciones y disposición,
van dejando paso a un estado de apatía y a un rictus amargo. Al final de esta
fase, las facciones del sujeto llegan a ser del tipo "alelao", y
en este momento, su percepción de la realidad varía, empezando a darse cuenta
de cuan enfermo se encuentra.
La ultima y definitiva fase, el browned se siente perseguido y acosado en
todo momento, por lo que intenta despachar el mayor número posible de marrones
a diestro y siniestro, aunque, para su desgracia, normalmente sin éxito.
Si sobrevive a esta fase y sus jefes deciden rescatarle, se habrá convertido
en un browner de primera clase. En caso contrario se convertirá en un browned
quemado e inservible, ya que pasará olímpicamente de cualquier tipo de marrón
que se le quiera imponer.
En las primeras fases de la enfermedad el tratamiento a seguir consiste en
hacerle reaccionar contra la cantidad de marrones que se le viene encima,
haciendo que se libre de alguno de ellos.
Si el proceso de la enfermedad es demasiado avanzado es casi imposible recuperar
al enfermo, a no ser que sus jefes lo reciclen a browner.
Hasta la fecha, se desconoce si es un virus aerófilo, aunque se sospecha
que pudiera residir en los conductos del aire acondicionado de las oficinas.
De todas formas se recomienda a los trabajadores que se mantengan alejados
de estos sujetos. Así mismo, se desconoce si tiene carácter hereditario, lo
que predispondría a los descendientes de un portador a padecer el mismo mal.
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